El día después del gran día

¿o por que los hombres te dan consejo cuando necesitas consuelo?

¿como trabajar mi problema con el perfeccionismo?

¿y cuando dejaré de ver el vaso medio vacío?

¡y lo más importante, dejar de tener expectativas!

Todavía es luna llena, yo sigo ovulando y ya es el día después del gran día.

Estoy cansada, he dormido muy pocas horas, pero también hay otra sensación dentro de mi, me siento algo vacía, algo como con resaca sin haber bebido.

Será similar la sensación de una actriz el día siguiente de su debute, después de haber preparado su papel con mucha emoción y cuidando todos los detalles y al final haber recibido un corto aplauso según sus expectativas.

Y yo sé que mi chico lo hace en la mejor manera que puede, que le cuesta mucho enseñar sus emociones y que hace todos los esfuerzos para conseguirlo y le estoy muy agradecida, pero me cuesta no sentirme algo desilusionada. Es lo mismo cuando el me dice que se le baja toda la energía cuando intenta motivarme para algo y me ve con esta cara apática y indiferente que no le dice nada.

Te cuento algunas pinceladas de la noche especial...

Después de haber apagado las velitas y haber abierto todos los regalos buscando los por la casa juntando las piezas del puzzle que le había preparado, nos fuimos andando hacía el restaurante que yo había reservado para la ocasión.

Como siempre no nos faltó una de esas discusiones o polémicas, no sé como llamarlo, que parecen que no tienen fin. Según el, son muy necesarias y productivas para contrastar opiniones y según mi es algo que me chupa totalmente la energía. Parece una lucha interminable de convencer el otro a toda costa que tú tienes la razón, nos metemos en detalles insignificantes para llegar a un punto que ya no sabemos ni de donde hemos empezado, ni a donde queremos llegar o por lo menos yo lo siento así.

Todo empezó por un comentario mío, que a veces el es algo brusco y cuando la otra persona necesita apoyo y simplemente hombro para llorar, pues el te da soluciones y a todo esto te dice que no hay que dejarse caer a las depresiones, etc.

Comprendo su punto de vista y sé que lo hace con buena intención, pero intenté decirle que yo no lo vivo así. Que hay momentos que estas muy desilusionada y frustrada y es imposible no mostrar estas emociones.

Le di un ejemplo, en caso que algo que el desea tanto y proyecta en futuro y piensa con toda su fuerza, de repente por la razón que sea, resulta que no puede ser posible, pues ¿como se sentiría el? ¿No va a estar triste? ¿No se va a desilusionar? O simplemente súper frío y lógicamente dirá que no ha tenido que ser y punto. Igual el puede pero yo no soy capaz de hacerlo y la verdad es que no lo quiero, por que me siento feliz de ser tan emocional y sensible.

Según el (o lo que yo comprendí), dando este hombro al otro para llorar y consolando sin decir nada más, estas amplificando el sentimiento de “la pobre yo”, dejando el otro que se regodea en su dolor y autocomplaciendose. No sé, pero creo que hay comportamientos para cada momento y hay unos que no ayudan nada.

Al final decidimos parar esto, por que nuestra experiencia nos había enseñado que estas conversaciones acababan fatal y nos enfadábamos mucho y no queríamos estropear esta noche.

Así que algo molesta, ya entramos en el restaurante.

Estaba impaciente de ver si le iba a gustar y como iba a reaccionar cuando los camareros empiezan a cantar opera. Para un amante de la música clásica seguro que tiene que ser placentero. A pesar que cuando le llevé hace tiempo a la opera no escuché ningún comentario positivo después (la verdad es que no era la mejor opera), pero estaba algo tensa de ver si le iba a gustar o iba a decir que son unos amateurs que intentan cantar opera.

La buena noticia era que el sitio le gustó. Que alivio :)

Y luego dos momentos mas…

Resulta que yo pensaba comentar al personal del restaurante que mi chico tiene cumpleaños y así igual le podían preparan una sorpresa o cantarle cumpleaños feliz. Pero al final no sé si por que no me atreví o por que pensaba que igual a el no le va a gustar la idea, pero no lo hice. Pues resulta que luego mencione a uno de los camareros-cantantes que trate bien mi chico por que tiene cumple. Entonces el me preguntó si se lo había comentado en la cocina y cuando escucho mi respuesta negativa, me dijo que eso hay que decirlo por que ellos preparan cosas. Dije que será para el próximo año, intentando que parezca que no me importa. Pero por dentro sentí mi decepción por no haberlo hecho. Me enfade mucho conmigo misma y tenía que luchar con esta parte tan perfeccionista, que siempre cuida tanto los detalles y que quería que esta noche sea muy, muy especial para el.

Pues no me aguante y le comenté mi cabreo conmigo misma y entonces el dijo algo en plan: “No pasa nada, ya aprenderás!”

Me sentó fatal. No sé si por que ya me había hecho la idea que necesitaba escuchar, pero no me gustó nada este comentario.

Y aun mas fatal me sentía cuando de repente empezaron a cantar cumpleaños feliz para la mesa al lado nuestro y yo me negaba creer que luego no van a venir a la nuestra. Que pena…

No sé, ¿tú que opinas?

Lo único que me apetecía escuchar era: “cariño, todo es perfecto, lo has hecho increíble, me siento muy a gusto y no hace falta nada más” o algo por el estilo, sabes.

Es como ayudarme de no castigarme tanto de no haber sido tan tan prefecto según mi opinión.

A pesar que ya sabemos que perfecto nunca podrá ser. Por que siempre habrá algo más que se puede mejorar o modificar, etc.

Luchaba dentro de mí, no permitir que esas situaciones me afectan y estropean toda la noche y me dejan con el mal sabor, pero lo más que lo intentaba no podía conseguirlo.

Necesitaba escuchar algo más de el…

Y luego un ultimo momento en cual, el camarero dijo una frase que me ayudó pasarle la pelota a mi chico y darle la oportunidad de hablar con el camarero de un tema que le interesaba justo en este momento. Me hizo gracia, por que es precioso cuando estas siguiendo el flujo de la energía y las cosas simplemente van ocurriendo poco a poco. La ley de la atracción :). Así que emocionada le dije que buen equipo hacemos los dos. Necesitaba escuchar que diga que si, pero tampoco dijo nada o yo no le escuché.

Así que lo único que pensaba en este momento era de estar ya en casa y en la cama ...

El hace sus pasos y yo los míos, por la mañana parece que el se dio cuenta y me dijo en un mensaje muy bonito que no se ha sentido tan bien desde hace mucho tiempo y que esta orgulloso que soy su chica...

Y aquí estoy yo intentando ver el vaso medio lleno y darme cuenta y reconocerlo que el hizo posible que vea este día (que los últimos años pasaba llorando pensando en mi padre) de repente en otro color, con otra luz, con otra energía, con ilusión ...

La verdad es que tengo que estar agradecida ...

Y aquí estamos, seguiremos aprendiendo ...